En esta página Reportaje
- septiembre 30, 2010
- Científicos independientes a bordo
del barco de Greenpeace, Arctic Sunrise, que
analizan los impactos del derrame petrolero
de British Petroleum en el Golfo de México
descubrieron restos de la columna de petróleo
en las profundidades del mar a unas 300 millas
(500 kilómetros) del sitio del derrame.
Zoom El Arctic Sunrise
se encuentra en una expedición de tres
meses para investigar el impacto ambiental
del derrame de petróleo en el Golfo.
El descubrimiento fue realizado
por el bioquímico Rainer Amón
quien apoyado por la tripulación del
barco de Greenpeace desplegó un equipo
de muestreo para analizar los niveles de oxígeno
disuelto en la columna de agua - un marcador
claro de la degradación bacteriana
de petróleo y gas y para tomar muestras
de agua de mar desde varios puntos.
"De las medidas que
hemos tomado vemos señales claras de
la deficiencia de oxígeno en un transecto
grande (una línea que se define al
azar sobre una superficie para hacer diferentes
mediciones) a partir de la cabeza del pozo
Macondo, en unas 300 millas al oeste. ¿Qué
cantidad de componentes de petróleo
y gas están todavía en el agua?
es algo que tenemos que investigar ahora en
el laboratorio", dijo Amón.
Los niveles de oxígeno
disuelto no cayeron tan bajo como el Dr. Amon
esperaba en caso de que una parte importante
del petróleo y el gas se hubiera consumido
en estas aguas lo que sugiere que los productos
petroquímicos, no han "desaparecido",
como ha sido señalado por el gobierno.
"Cuando hayamos analizado
todas las muestras recogidas por nosotros
y nuestros colegas, esperamos llegar a una
estimación bastante buena de cómo
gran parte del petróleo y el gas se
depositaron en el sistema, con suerte podremos
llegar a buenas conclusiones de a dónde
se han ido el petróleo y el gas desaparecidos",
explicó el Dr. Amon"
Un colega del Dr. Amon también
a bordo del Arctic Sunrise, el ecologista
Cliff Nunnally, está llevando a cabo
un estudio independiente sobre los efectos
del aceite liberado en el fondo marino, tomando
muestras de sedimentos a profundidades de
más de 1300 metros a sólo 8
kilómetros del sitio del desastre.
Las muestras recuperadas - algunas de las
cuales contenían cantidades visibles
de hidrocarburos con un fuerte olor - se utilizarán
para determinar el estado ecológico
del medio ambiente en el fondo marino y se
comparará con datos de referencia recogidos
por los científicos a principios de
esta década. Esto proporcionará
una comprensión clara de los efectos
de las cantidades masivas de petróleo
vertido en el Golfo de México.
Greenpeace ha enviado una
muestra de este sedimento oleoso a un laboratorio
independiente de análisis para verificar
la presencia de dispersantes.
El Arctic Sunrise se encuentra
en una expedición de tres meses para
investigar el impacto ambiental del derrame
de petróleo en el Golfo, durante la
cual se ha dado la bienvenida a los científicos
a bordo de varias instituciones académicas
de EE.UU. en el Golfo de México, y
ha servido como plataforma para la investigación
independiente.
"A pesar de todo lo
que BP y el gobierno quieren hacernos pensar,
la verdad es que el impacto del derrame de
petróleo es mayor'", dijo el director
de investigaciones de Greenpeace EE.UU. Kert
Davies.
"Los científicos
saben más, conocen mejor a los pescadores,
los pueblos del Golfo y, ciertamente, los
equipos de limpieza no terminan de recoger
las bolas de alquitrán. El gobierno
y BP deben ser honestos con todo el mundo
acerca de la magnitud de los daños,
admitir lo que no sabemos y evitar que esto
vuelva a suceder."
En octubre, el Arctic Sunrise
estará trabajando con Steve Ross, de
la universidad del estado de Carolina del
Norte y con Sandra Brooke del Instituto de
Biología Marina de Oregón, mediante
un sumergible para bucear en el suelo del
Golfo de México, donde se estudiarán
los efectos del aceite en los hábitats
de arrecifes de coral y las comunidades marinas.