Panamá, 10 de octubre
de 2009.- La Autoridad Nacional del Ambiente
(ANAM) toma acciones concretas para la conservación
de especies que presentan una disminución
aparente en el país. Ha lanzado oficialmente
tres planes de conservación que buscan
proteger y recuperar las especies catalogadas"
en peligro de extinción" o "amenazadas"
como el águila harpía, la tortugas
marinas, los jaguares y los anfibios.
La selección de especies,
Tortugas marinas, águila harpía,
anfibios y los jaguares, se basó en
una diversidad de factores, incluidos un entendimiento
compartido de las amenazas que se ciernen
sobre cada especie, su distribución
geográfica, perfil y posibilidades
de éxito.
Ibelice Añino, jefa
del departamento de biodiversidad de la ANAM,
indicó que actualmente se han establecido
grupos de trabajo permanente que actualicen
la información que surja y pueda ser
un apoyo científico a las instituciones
que van a regular las medidas de conservación
de esas especies.
El propósito, indicó,
es establecer un protocolo para la implementación
de proyectos, que incluya, por ejemplo, pasos
uniformes para el desarrollo de viveros, manejo
de poblaciones, actividades de observación
y así conocer los hábitos de
estas especies existentes en el país.
“Estas cuatro especies
son las mas amenazadas o en peligro de extinción
en Panamá, ya sea por la caza indiscriminada
o por las actividades humanas que irrumpen
en sus ecosistemas y la implementación
de estos planes representará acciones
concretas de conservación nunca antes
vistas, toda vez que priorizan hábitats
críticos y amenazas comunes a cada
especie” puntualizó.
Por especies en peligro
de extinción se entiende aquellas especies
que corren peligro de extinguirse en casi
su totalidad o en una gran parte de su área
de distribución. Por especies amenazadas
se entiende aquellas especies que tienen probabilidades
de correr peligro en un futuro cercano. Todas
las especies de plantas y animales, salvo
por los insectos que son pestes, reúnen
las condiciones para pertenecer al catálogo
de especies en peligro de extinción
o amenazadas.
Tortugas marinas.-
La población de tortugas marinas en
ambas costas de Panamá se ha visto
amenazada en los últimos años
por diferentes factores que van desde el crecimiento
turístico, la explotación de
huevos y carne, la depredación y destrucción
de sus sitios de anidación, así
como razones accidentales al enredarse con
desechos y aparatos en las aguas.
Por ser especies migratorias,
ellas viajan a diferentes regiones y sus poblaciones
se ven afectadas por variadas actividades
y se hace necesario el desarrollo acciones
de conservación para procurar su conservación
e identificar sitios donde deposita sus huevos
para garantizar su protección frente
a la depredación.
En Panamá existen
unas seis especies de tortugas marinas, la
caguama, verde, canal, carey, lora y mulato.
La degradación de los arrecifes de
coral y pastos marinos, los derrames de petróleo,
la presencia de desechos químicos,
plásticos y otros contaminantes, así
como la alta densidad de desarrollos costeros
y el incremento de la actividad turística
en estas zonas han producido el daño
o la eliminación de numerosas playas
de anidación.
El águila harpía
(harpia harpyja)
El águila harpía es el ave nacional
de Panamá. y una importante indicadora
del estado de los bosques. En este país
es protegida por instituciones como la ANAM,
la Asociación Nacional para la Conservación
de la Naturaleza (ANCON) y el Instituto Smithsonian
de Investigaciones Tropicales entre otras.
El hábitat más
apto para la reproducción del águila
harpía se restringe sobre todo, a laderas
de montaña o colinas que no superan
los 310 msnm, y que el 86.73 % del hábitat
idóneo potencial está en áreas
protegidas.
Científicos recomiendan
que se debe fortalecer el manejo y la protección
de los recursos en las reservas y formar “maestros
comunales”, que divulguen el mensaje de conservación.
La fragmentación
de los bosques, deforestación, cacería
de sus presas, la minería y la extracción
maderera son unos de los graves problemas
a los que se enfrenta el águila harpía.
Los anfíbios
Panamá cuenta con
unas 195 especies de anfibios, muchos de las
cuales están catalogadas “críticamente
amenazadas” o en peligro critico, es decir
al borde de la extinción principalmente
por el Batrachochytrium dendrobatidis es un
hongo quítrido que amenaza la población
mundial de anfibios, a los que causa la enfermedad
denominada quitridiomicosis.
Los anfibios son indicadores ambientales por
excelencia, controladores de insectos, claves
dentro de la cadena alimenticia de los ecosistemas.
La desaparición de
los anfibios, por diferentes factores, tendrá
efectos negativos en el ambiente, sobre todo
por su rol ecológico de transporte
de energía del medio acuático
terrestre.
Actualmente la ANAM realiza
actividades de monitoreo de dos objetos de
conservación, el bosque nuboso y ecosistemas
lóticos (ríos). Para determinar
la salud del bosque nuboso se emplean los
anfibios como bioindicadores.
El jaguar
(Panthera onca)
Este felino es una de las especies animales
más amenazadas de Latinoamérica.
Es considerado el mayor depredador terrestre
de los ecosistemas tropicales, ha disminuido
su población debido a la cacería
ilegal y la destrucción de sus hábitats.
La ANAM y la Wildlife Conservation
Society (WCS) firmaron un convenio de cooperación
técnica, científica y educativa
para generar información biológica
sobre jaguares y sus presas que permitan la
conservación de esas especies y sus
hábitats. Actualmente la WCS trabaja
en dos sitios designados para investigación
a largo plazo: La reserva del Jaguar en Belice
y el Parque Nacional Corcovado en Costa Rica.
+ Más
ANAM y AMP inspeccionan
área contaminada en Corozal
Panamá, 9 de octubre
de 2009.- Una inspección ocular en
el sector de Corozal, donde fueron retenidos
tres camiones cisternas de la empresa Ocean
Pollution Control (OPC) por verter “aguas
oleosas” o residuos de hidrocarburos en una
quebrada, que colinda con el Canal de Panamá,
realizaron el administrador general de la
Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Javier
Arias, el administrador de la Autoridad Marítima
de Panamá (AMP), Roberto Linares y
funcionarios de la Autoridad del Canal de
Panamá.
Arias calificó el
hecho como una “acción inaudita”, donde
no se tomaron en cuenta los controles necesarios
para realizar este tipo de actividad y se
esperará el resultado de los análisis
en los laboratorios para determinar las acciones
administrativas y penales a los responsables.
“Podemos decir preliminarmente
que el grado de contaminación es muy
alto, no solamente los malos olores freáticos
(que se acumula en el subsuelo, sobre una
capa impermeable) está seriamente impactado
y esperaremos los resultados que arroje el
análisis en los laboratorios de calidad
ambiental para que los responsables de esta
contaminación les caiga todo el peso
de la ley”, subrayó Arias.
Ambos funcionarios coincidieron
en que “las imágenes observadas hablan
por sí solas”.
Sostuvo Roberto Linares,
administrador de la AMP, al constatar en el
terreno una enorme cantidad de sustancias
oleosas vertidas en una gran extensión
de tierra, que “vamos a investigar este hecho,
ya que puede apreciar “una grave y extensa
contaminación”.
Explicó, además, que los conductores
de OPC se encuentran detenidos para ser investigados
por las autoridades de la Dirección
de Investigación Judicial (DIJ) de
ANCÓN. Asimismo se mantienen retenidos
los tres camiones cisternas, dos vehículos
pick up y los equipos utilizados para la descarga
de las sustancias contaminantes, todos propiedad
de la empresa OPC.
La ANAM, a través de sus inspectores
de la Dirección de Calidad Ambiental,
hizo tomas de las muestras para así
determinar en sus laboratorios el grado de
contaminación de estas sustancias y
confirmar el tipo de producto vertido.
La AMP realizó una
inspección aérea, donde se tomaron
vistas y fotografías del área
afectada.
Las autoridades de la AMP
y de la ANAM fueron alertadas en la tarde
de este jueves 8 de octubre sobre esta descarga
deliberada de aguas oleosas en una quebrada
en el área de Corozal, y están
en curso las investigaciones por parte de
ambas instituciones como también de
la ACP.
Ligia Rodríguez,
abogada del departamento legal de la ANAM,
indicó que esta institución,
a través de su administrador general
está facultada para imponer multas
desde un balboa hasta un millón, y
el monto que se coloca es discrecional”.
También los infractores
podrían purgar entre 2 a 5 años
de cárcel, según lo determine
la Fiscalía Ambiental.