Publicado el 22 diciembre
2010 - Ante la delicada situación en
que se encuentran algunas especies pesqueras
consumidas en nuestro país, WWF desea
que, en estas fechas señaladas, los
ciudadanos se comprometan con el mar evitando
el consumo de las más amenazadas, como
el atún rojo,
la anguila, el caviar de esturión o
el rodaballo salvaje. La organización
recuerda que hay opciones más sostenibles
en el mercado, como la sardina o el arenque,
el pulpo de nasa, la nécora, el centollo
o el percebe.
WWF propone que estas Navidades
los consumidores reflexionen sobre las especies
que van a conformar su menú y elijan
aquellas que estén en mejor estado
de conservación y cuya captura tenga
un impacto menor en los ecosistemas. Así,
recomienda, a quienes quieran poner freno
al agotamiento de los recursos, evitar adquirir
especies como la anguila europea, el caviar
de esturión salvaje, el rodaballo salvaje
de aguas europeas, o el atún rojo del
Atlántico.
La organización hace
hincapié en la importancia de conocer
la procedencia del pescado (pesca extractiva
o acuicultura), así como el caladero
del que proviene o el arte de pesca utilizado.
Y señala que, en líneas generales,
es preferible optar por especies que provienen
de la pesca de bajura o pesquerías
próximas, artes con un menor impacto
en el medio y que hayan sido extraídas
respetando las regulaciones como las tallas
mínimas, límites de captura
y las vedas.
WWF recuerda que la anguila
europea está al borde de la desaparición.
De hecho, apenas queda un 2 por ciento de
su población original, lo que ha llevado
a prohibir su pesca en Andalucía durante
diez años. Por esta razón, WWF
considera que las angulas y las anguilas deberían
dejar de formar parte de nuestra carta hasta
que haya signos claros de recuperación.
Por otro lado, el rodaballo
salvaje se encuentra fuertemente sobreexplotado
en la mayoría de los caladeros europeos,
por lo que debe también eludirse; así
como el pez espada del Mediterráneo
para el que aún no existe un plan de
gestión. Otras especies, como el besugo
en aguas ibéricas, la chirla extraída
con draga y la mayoría de las rayas,
muestran problemas similares de escasez o
relativos al impacto de su captura.
En la misma situación
está el cotizado caviar de esturión
salvaje que se obtiene de una especie altamente
amenazada, pese a estar protegida por convenios
internacionales como CITES. Por último,
el atún rojo del Atlántico se
ha convertido en un símbolo de las
graves consecuencias de la sobreexplotación
y pesca ilegal, hasta el punto de rozar el
colapso.
Afortunadamente, los consumidores
y el mercado han reaccionado a tiempo ante
la crisis del atún rojo. No en vano,
recientemente medio centenar de empresas se
han unido a una campaña de WWF dejando
de comercializar esta especie. Entre ellas,
se encuentran las principales empresas de
distribución europeas como Eroski,
Auchan, Edeka, Ikea o Carrefour.
Entre las especies que WWF
considera más sostenibles tras sus
evaluaciones, se encuentran la mayoría
de los mariscos típicos navideños,
como el percebe del Atlántico, la nécora,
el centollo, almejas y berberechos, las navajas,
ostras o el pulpo de nasa. La organización
considera que es preferible el consumo de
especies de bajo nivel trófico (en
los eslabones bajos de la pirámide
alimentaria marina), entre las que destacan
la sardina (ej. de cerco de Galicia-Portugal),
el arenque (Atlántico), la caballa
del Atlántico o el jurel.
Por último, subrayar
que ya existen supermercados en España
en los que se puede encontrar pescado, como
el salmón salvaje, el abadejo o sardinas
enlatadas, con la ecoetiqueta MSC. WWF insiste
en que este sello es la mejor garantía
disponible de que el pescado proviene de fuentes
sostenibles. Por su parte, Eroski ha firmado
un convenio con WWF para evaluar la sostenibilidad
de todos los productos pesqueros (salvo las
conservas) y establecer una estrategia para
ofrecer exclusivamente en el futuro productos
MSC o productos candidatos a su certificación.
Según Raúl
García, Responsable de Pesquerías
de WWF, “Hace tiempo que WWF insiste en que
el mercado es un elemento clave en la buena
gestión de nuestras pesquerías.
En la medida en que los consumidores se informen
y adquieran sólo especies en buen estado
de conservación y cuya captura no ponga
en peligro el futuro del mar, seremos capaces
de convencer a gobiernos e industria de la
importancia de impulsar una pesca sostenible.
Muchos pescadores ya lo han comprendido y
trabajan en esa dirección”.
+ Más
WWF exige que se haga pública
la información del dragado del Guadalquivir
para evitar su manipulación
Publicado el 27 diciembre
2010 - La Autoridad Portuaria de Sevilla pretende
legitimar un proyecto considerado ambientalmente
inviable por los expertos. La entidad confunde
a la opinión pública desprestigiando
el rigor científico del estudio exigido
por el Ministerio de Medio Ambiente y realizado
por el CSIC. WWF considera imprescindible
que se hagan públicos todos los estudios
e informes del dragado, además del
dictamen que se ha conocido hoy. El objetivo,
evitar que se tergiverse la información
y dar a conocer los efectos reales del dragado.
La falta de transparencia
a la hora de publicar todos los estudios e
informes referentes al dragado del Guadalquivir,
permite que la Autoridad Portuaria de Sevilla,
la Confederación del Guadalquivir y
la Consejería de Medio Ambiente de
la Junta de Andalucía hablen públicamente
de un supuesto “dragado sostenible”, descalificando
repetidamente a todos aquellos que se oponen
a él, incluso, el trabajo de los expertos
de algunas de las más prestigiosas
universidades e instituciones de España.
La Autoridad Portuaria de
Sevilla, promotora del dragado, se niega a
aceptar el dictamen consensuado el pasado
mes de noviembre por la comisión científica
a partir de un estudio del CSIC de 2010. En
su lugar, insiste en remitirse a la Declaración
de Impacto Ambiental (DIA) emitida en 2003
y cuyas lagunas de conocimiento obligaron
al Ministerio de Medio Ambiente a solicitar
este nuevo informe científico. El reciente
estudio ha confirmado los graves impactos
que tendría el dragado sobre el río
y sobre Doñana, y desaconseja su realización.
El Puerto, descontento con
estas conclusiones, critica el dictamen de
la comisión científica, por
no incluir sus consideraciones. Sin embargo,
esta comisión llevó a cabo una
consulta telemática en la que se evaluaba
tanto el informe del CSIC, como las modificaciones
propuestas por la Autoridad Portuaria. Tras
someterlo a debate, se rechazaban estas modificaciones
por considerarlas contrarias a las conclusiones
del estudio científico.
WWF solicita al Ministerio
de Medio Ambiente que haga público
tanto el estudio científico del estuario
y el dragado, financiado en gran parte con
fondos públicos de la Consejería
de Innovación de la Junta de Andalucía,
como el dictamen emitido por los científicos
de la Comisión. Es crucial evitar la
confusión de la opinión pública,
a través de las afirmaciones vacías
del propio promotor del proyecto, y dejar
claro a la sociedad que la decisión
del Ministerio se basará en un informe
objetivo e imparcial de expertos independientes
y neutrales, basado en las conclusiones de
un estudio acreditado y legítimo que
cuenta con todos los avales y garantías.
Juan Carlos del Olmo, Secretario
General de WWF España, afirma: “Aprobar
el dragado con el conocimiento científico
del que se dispone, y que evidencia sus graves
consecuencias sobre Doñana, el estuario
y la costa, sería una gran irresponsabilidad,
al tiempo que una increíble falta de
respeto por la ciencia. Desde WWF, confiamos
en el buen criterio del Ministerio”.
Información de interés:
El dragado
En 2003 se daba luz verde
al proyecto de dragado y esclusa del Guadalquivir,
a pesar de las carencias de información
detectadas y de las protestas de varios colectivos
que demandaban un estudio más exhaustivo.
Con enormes dudas respecto
a la viabilidad ambiental del dragado, y a
pesar de todas las advertencias, se siguió
adelante con la obra de una esclusa sobredimensionada
Hoy en día la esclusa
está construida y la Autoridad Portuaria,
promotora del proyecto, teme encontrarse con
una enorme inversión que no es rentable
si el proyecto de dragado del Guadalquivir
se paraliza por su impacto ambiental y económico.
Para WWF es inadmisible
y escandaloso que para hacer rentable la infraestructura
se ignore el conocimiento científico,
aunque suponga la muerte de un río
del que viven pescadores, agricultores, empresarios
del turismo y la acuicultura y el propio Parque
Nacional de Doñana.
Las consecuencias ambientales
El dragado causa una gran
inestabilidad en las márgenes del río,
lo que provoca problemas asociados en el estuario
y la costa. Aunque en principio un dragado
mayor facilita que se limpie el estuario porque
favorece la salida de agua cargada de sedimentos,
al provocar la erosión de márgenes
aumenta la turbidez por otro lado.
La turbidez afecta directamente
a la calidad del agua y a la cantidad de luz
que entra en el agua, limitando la vida en
el estuario y en los sistemas con los que
está conectado (todo el Golfo de Cádiz
y Doñana), afectando a la fauna y sectores
como la agricultura, la pesca, la acuicultura
o el turismo.
Por otra parte, la alteración
de la dinámica del río provoca
la erosión de las playas de Doñana
y de la desembocadura del Guadalquivir, y
afecta a la circulación de nutrientes
en el Golfo, algo determinante para la pesca
(recordemos que el del Guadalquivir es uno
de los estuarios más productivos del
Atlántico europeo).