Unas 16 millones
de chicas menores de 18 años dan a luz
cada año. Otras 3.2 millones se someten
a abortos en condiciones inseguras.
La gran mayoría -cerca del 90%- de las
adolescentes embarazadas de los países
en desarrollo están casadas. Para muchas,
el embarazo no es una decisión, sino
consecuencia de la discriminación, de
la violación de sus derechos (incluido
del matrimonio infantil), el resultado de una
educación inadecuada o de la coerción
sexual.
En el Día Mundial de
la Población de 2013, queremos sensibilizar
a la opinión pública sobre los
problemas que conlleva el embarazo adolescente
para asegurarnos de que todos los embarazados
son deseados, todos los nacimientos son seguros
y que todos los niños pueden desarrollar
su potencial.
El aumento de la población
mundial a 7 mil millones en 2011 (en 1950 era
de 2,5 mil millones) ha tenido profundas consecuencias
para el desarrollo. Un mundo de 7 mil millones,
supone tanto un desafío como una oportunidad
con repercusiones en la sostenibilidad, la urbanización,
el acceso a los servicios de salud y el empoderamiento
de los jóvenes.
En 1989, el Consejo de Administración
del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), en su decisión 89/46,
recomendó que el 11 de julio se observase
el Día Mundial de la Población.
Mensaje en El Día Mundial
de la Población
(Dr. Babatunde Osotimehin - Director Ejecutivo
del Unfpa)
En la actualidad, existen
más de 600 millones de niñas en
el mundo, más de 500 millones de ellas
en países en desarrollo. Ellas están
dando forma al presente y al futuro de la humanidad.
Las oportunidades y opciones que las niñas
tienen en la adolescencia les permitirán
comenzar sus vidas de adultas como ciudadanas
empoderadas y activas.
Con las capacidades y oportunidades
adecuadas, pueden invertir en ellas mismas,
sus familias y sus comunidades. Sin embargo,
los embarazos ponen en peligro los derechos,
la salud, la educación y el potencial
de demasiadas niñas adolescentes, privándoles
de un futuro mejor.
Alrededor de 16 millones de
niñas de entre 15 y 19 años de
edad, dan a luz cada año y complicaciones
en el embarazo o parto son la principal causa
de muerte entre las niñas en estas edades,
especialmente en países en desarrollo.
Los embarazos en adolescentes
no son solo una cuestión de salud, sino
una cuestión de desarrollo. Están
arraigados en la pobreza, desigualdad basada
en el género, violencia, matrimonios
forzados de niñas, desequilibrio de poderes
entre niñas adolescentes y sus parejas
masculinas, falta de educación, y el
fracaso de los sistemas e instituciones para
proteger sus derechos. A fin de abarcar estas
cuestiones a nivel mundial, el Día Mundial
de la Población de este año se
enfoca en el embarazo en adolescentes.
Poner fin al ciclo de embarazos
en adolescentes requiere un compromiso por parte
de las naciones, comunidades y personas, tanto
en países en desarrollo como en países
desarrollados, para invertir en niñas
adolescentes. Los gobiernos deben aprobar y
aplicar leyes nacionales para aumentar la edad
del matrimonio hasta los 18 años y deben
promover esfuerzos comunitarios que respalden
los derechos de las niñas y prevengan
el matrimonio infantil y sus consecuencias.
A los adolescentes y jóvenes
se les debe ofrecer educación integral
sobre la sexualidad apropiada para su edad a
fin de desarrollar el conocimiento y aptitudes
que necesitan para proteger su salud a lo largo
de sus vidas. Sin embargo, educación
e información no son suficientes. Los
servicios de salud reproductiva de buena calidad
deben también estar fácilmente
disponibles para que los adolescentes tomen
decisiones informadas y sean saludables.
A nivel local, las comunidades
deben ofrecer la infraestructura para entregar
cuidado de la salud reproductiva adaptado y
sensible a los jóvenes.
La base de todos estos esfuerzos
es el entendimiento de que la dignidad y los
derechos humanos de las niñas adolescentes
deben respetarse, protegerse y cumplirse. Actualmente,
solicitamos a los gobiernos, las comunidades
internacionales y todos los interesados participantes
que tomen las medidas necesarias para que las
niñas adolescentes puedan tomar decisiones
responsables y que les ofrezcan el apoyo necesario
en casos donde sus derechos estén amenazados.
Cada mujer joven, sin importar dónde
viva o su circunstancia económica, tiene
el derecho de cumplir con todo su potencial
humano. Actualmente, a demasiadas niñas
se les niega este derecho. Podemos cambiar esto
y debemos hacerlo.
Mensaje del Secretario General
de la ONU, Ban ki Moon, con ocasión del
Día Mundial de la Población
Como firme defensor de la
educación, la salud y los derechos de
las niñas y con la convicción
imperecedera de que las jóvenes pueden
transformar nuestro mundo, acojo con beneplácito
que el Día Mundial de la Población
este año se centre en el embarazo en
las adolescentes, una cuestión delicada
que requiere la atención mundial.
Un porcentaje demasiado alto
de los 16 millones de adolescentes que, según
se estima, dan a luz cada año nunca tuvo
la oportunidad de planificar su embarazo. Las
complicaciones derivadas del embarazo y el parto
pueden causar graves discapacidades, como la
fístula obstétrica, y constituyen
la principal causa de muerte de esas jóvenes
vulnerables. Las adolescentes también
sufren un nivel elevado de enfermedades, lesiones
y muertes debido a los abortos practicados en
condiciones de riesgo.
Para hacer frente a esos problemas,
debemos lograr que las niñas asistan
a la escuela primaria y reciban una buena educación
a lo largo de su adolescencia.
Cuando se educa a una niña,
es más probable que se case más
tarde, postergue el nacimiento de sus hijos
hasta que esté preparada, tenga hijos
más saludables y gane un sueldo más
alto.
También debemos dar
a todas las adolescentes una educación
integral sobre sexualidad, adecuada a cada edad.
Esto resulta particularmente importante para
empoderar a las jóvenes de tal forma
que puedan decidir si desean ser madres y cuándo
hacerlo. Además, debemos brindar servicios
completos de salud sexual y reproductiva que
incluyan la planificación de la familia
y la prevención y el tratamiento de infecciones
de transmisión sexual, entre ellas el
VIH. Y debemos garantizar los servicios de salud
materna que las mujeres necesitan.
Si dedicamos atención
y recursos a la educación, la salud y
el bienestar de las adolescentes, estas se transformarán
en una fuerza aún más poderosa
para el cambio positivo de la sociedad, que
tendrá efectos en las generaciones venideras.
En este Día Mundial de la Población,
comprometámonos a apoyar a las adolescentes
para que puedan hacer realidad su potencial
y contribuir a nuestro futuro común. |