Es la segunda
vez que la empresa Shell se ve obligada a
parar sus planes de perforar el Ártico
Reportaje - enero 30, 2014 - El Director de
Royal Dutch Shell, Ben van Beurden ha anunciado
hoy que su compañía cesa la
búsqueda de petróleo en el Ártico
en Alaska durante este
año. La decisión es consecuencia
de una sentencia judicial en EEUU que exige
información más detallada a
la Administración norteamericana, a
raíz de una demanda legal de un conjunto
de organizaciones conservacionistas e indígenas.
Greenpeace
considera que esta sentencia judicial avala
la campaña por la protección
del Ártico. Es la segunda vez que Shell
se ve obligada a detener sus planes para perforar
el Ártico. En febrero de 2013 el director
de la Royal Dutch Shell anunció que
cancelaba sus planes de exploración
y explotación en aguas abiertas del
Ártico durante 2013. La presión
internacional y la campaña #SalvaelArtico
de Greenpeace ha sacado a la luz la gran amenaza
que suponen las perforaciones en el Ártico
lo que ha terminado por afectar a la propia
marca de Shell. Desde Greenpeace se va a seguir
trabajando para aumentar la presión
mientras la compañía continúe
con su obstinada búsqueda de petróleo
en el frágil entorno del Ártico.
Este es uno de los problemas ambientales que
definen nuestro tiempo. Se está trazando
una línea en el hielo para decir a
estas empresas petroleras "que detengan
definitivamente sus planes en el Ártico".
"La apuesta
de Shell por el Ártico ha sido un error
de proporciones épicas. La compañía
ha gastado enormes cantidades de tiempo y
dinero en un proyecto que sólo le ha
supuesto un daño a su reputación.
Shell tiene que renunciar a toda intención
futura de destruir lejano océano Ártico",
-señala Charlie Kronick, responsable
de la Campaña de petróleo Ártico
de Greenpeace.-"El fracaso de Shell en
el Ártico es seguido muy de cerca por
otras compañías petrolíferas,
que deben llegar a la conclusión de
que operar en esta lejana región es
una aventura muy hostil y que no merece la
pena destruir un espacio tan icónico".
Shell ha invertido
más de cinco mil millones de dólares
en su programa de Alaska desde 2003, y no
ha podido perforar un solo pozo después
de una serie de errores que podían
haberse convertido en desastres durante una
temporada de perforación en 2012.
Hace apenas
mes y medio desde Greenpeace que lanzó
una petición al nuevo Director de Shell,
Ben Van Beurden, pidiéndole que abandone
los planes de su empresa para el Ártico.
Desde entonces más de 150.000 personas
-30.000 de ellas españolas- la han
firmado. Ya son más de cinco millones
las personas han firmado para pedir la creación
de un santuario en el Ártico.
+ Más
“La entrada
del maíz transgénico sería
una tragedia para la cocina mexicana”
Noticia - 16
enero, 2014 - El chef Aquiles Chávez
se subió al barco de Greenpeace durante
cuatro días –dos en altamar- y se sumó
a la tripulación de Ranbow Warrior
desde donde conoció de primera mano
la forma de trabajo en el bote y reafirmó
su compromiso de defender el medio ambiente
y particularmente la importancia de mantener
nuestra cocina e identidad cultural a través
de la protección de nuestro maíz
mexicano. En una breve conversación
con Greenpeace el cocinero nos narra su experiencia.
Greenpeace (GP): ¿Cuál ha sido
tu experiencia como chef a bordo del Rainbow
Warrior?
Aquiles Chávez
(AC): Como chef ha sido el redescubrimiento
de muchas cosas. A veces al estar metido en
un mundo gastronómico tan comercial
se nos olvidan cosas tan básicas como
consumir producto local, orgánico,
sustentable y de temporada. Aunque llevo varios
años cocinando de este modo, aquí
lo he reafirmado y comprobado que es la alternativa
y la solución a muchos problemas. La
tripulación y los miembros de Greenpeace
a bordo del Rainbow Warrior comen muy bien.
La materia prima que se cocina a bordo del
barco es de primera, al igual que su chef
Daniel Bravo.
GP: Viendo
la forma en que se cocina y se compran alimentos
a bordo del barco. ¿Cuál ha
sido tu mayor aprendizaje?
AC: Como cocinero
y miembro del colectivo de los cocineros mexicanos
tengo la finalidad de impulsar los productores
locales, productos frescos, de temporada,
y la tradición de la comida mexicana.
Y ahí coincidimos con la organización.
Coincido con su campaña del maíz
transgénico y sí, sería
una tragedia en todos los aspectos, a nivel
cultural, de independencia alimentaria, medio
ambiental y económico.
GP: ¿Llamarías
a que otros chefs se sumaran este movimiento?
AC: Sí,
sin duda. Hay un movimiento gastronómico
en el país que defiende estos principios:
maíz mexicano, vino mexicano, en definitiva
consumir producto local. En concreto con el
maíz mexicano estamos trabajando muy
fuerte con otros cocineros. Lo que más
me preocupa es el consumidor de a pie, que
por obvias razones prioriza la economía,
y a veces consumen productos transgénicos
por desconocimiento o la misma economía.
GP: ¿Te
consideras un chef activista?
AC: Me considero un cocinero activista, y
el vivir esta experiencia con Greenpeace fue
una forma de hacerlo oficial. Mi idea es heredar
un mundo mejor a mis tres hijos, a nivel ecológico,
económico y de seguridad, como el que
yo pude disfrutar. Gozando de la naturaleza
de una forma orgánica, eso es muy importante
para mí, y sobre todo ser muy congruente
con lo que hago, con lo que cocino. No es
fortuito que esté aquí, aunque
nunca me imaginé que me subiría
al Rainbow Warrior.
Que el propósito
común sea el planeta tierra y que los
miembros tengan este nivel de compromiso con
la organización da mucha esperanza,
existe mucha conciencia y es necesario transmitirla
a las personas.
GP: ¿Qué
es para ti el poder de la gente?
AC: El poder
de la gente es importantísimo, y el
poder de la gente somos nosotros. Greenpeace
es la gente común. Ha conseguido muchas
cosas, cosas que nadie se imaginaba. Una vez
que me baje del barco todo lo que hagamos
con Greenpeace será de una forma consciente.
A veces las actividades de la organización
se ven de forma muy lejana, pero cuando subes
al barco esta visión cambia, te vuelves
miembro, y temas tan graves como el de los
30 del Ártico, por ejemplo, me llegaron
a indignar muchísimo.
La congruencia
y el compromiso con la causa de todos los
miembros de Greenpeace, staff, voluntarios,
Diálogo Directo, tripulación,
es enorme. El trabajo de cada uno de ellos
es igual de importante, todos suman, desde
un voluntario al capitán de la embarcación.
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