Publicado el
07 enero 2014 | El Gobierno chino ha destruido
esta semana 6,15 toneladas de marfil ilegal
de elefante, un importante gesto simbólico
con el que China remarca su firme apoyo a
la lucha internacional contra el comercio
ilegal de marfil y la caza furtiva, una gran
amenaza que está creciendo de manera
alarmante. El país asiático
es el mayor consumidor mundial de marfil ilegal,
la mayor parte de él procedente de
elefantes cazados en África. Cada año,
alrededor de 30.000 elefantes mueren en el
continente africano a manos de furtivos.
China ya ha
indicado con anterioridad que está
preparada para castigar con fuerza el tráfico
de vida salvaje. De hecho, la destrucción
del marfil incautado sucede unas pocas semanas
después de que 8 ciudadanos fueran
sentenciados a entre 3 y 15 años de
cárcel por el contrabando de 3,2 toneladas
de marfil.
“WWF cree que
la destrucción del marfil incautado
es una señal del compromiso del Gobierno
para mejorar el cumplimiento de la ley contra
el comercio ilegal de marfil. Esto ayudará
a los esfuerzos internacionales contra la
caza furtiva de elefantes y el tráfico
de vida salvaje”, ha declarado el responsable
del programa de especies de WWF China, Fan
Zhiyong.
“Decenas de
miles de elefantes africanos son asesinados
cada año por cazadores furtivos por
culpa de la alta demanda de marfil. El gesto
de China es un compromiso por parte del Gobierno
para limpiar el mercado chino y para garantizar
la supervivencia de los elefantes africanos”,
ha añadido Zhiyong.
De acuerdo
a CITES (la convención que regula el
comercio de especies amenazadas), China tiene
un mercado legal de marfil en el que pueden
venderse los productos anteriores a la prohibición
internacional de 1989, así como los
procedentes de una subasta única realizada
en 2008 por 4 países africanos. Pero
en cualquier caso, el marfil ilegal incautado
no puede utilizarse con fines comerciales.
“Las acciones
de China, más que las de cualquier
otro país, tienen el potencial de revertir
el alarmante aumento de la caza furtiva de
elefantes y del comercio ilegal de marfil”,
ha declarado Tom Milliken, el experto en comercio
de marfil de TRAFFIC.
Miembros del
Gobierno chino, junto a observadores de embajadas
en China, CITES, el Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, la oficina en China
de la UICN, y organizaciones no gubernamentales
internacionales, incluidas WWF y TRAFFIC,
asistieron a la ceremonia de destrucción
de marfil celebrada ayer.
Gabón,
Filipinas y Estados Unidos han destruido recientemente
reservas de marfil ilegal, mientras que Francia
también ha declarado su intención
de hacerlo.
En opinión
de WWF y TRAFFIC, la transparencia en la destrucción
de incautaciones de marfil ilegal debería
suceder en el contexto de un sistema robusto
de gestión de las reservas. Debería
mantenerse una documentación rigurosa
de todas las incautaciones de marfil, así
como registrarse un inventario con todo lo
que vaya a ser destruido. A través
de auditorías independientes podría
certificarse que la cantidad de marfil apuntada
para ser destruida se corresponde con la que
se destruye realmente, asegurando así
que no vuelve al mercado negro.
+ Más
"Con el
sonso, demostramos que otro modelo de gestión
de la pesca es posible"
Publicado el
08 enero 2014 | El sonso demuestra que hay
una nueva forma de gestionar el recurso. Un
cambio que ha permitido a los pescadores intervenir
en el control de su propia pesquería,
contando con asesoramiento científico
y con la participación de administraciones
y ONG. Mauricio Pulido, representante del
sector pesquero en la Comisión Permanente
del Comité de Cogestión del
Sonso por Barcelona, nos acerca las claves
de su éxito.
¿Ha
estado tradicionalmente aislado el pescador
de la gestión de la pesca en nuestro
país?
El sector ha estado totalmente aislado de
la gestión pesquera. Todas las Administraciones,
fueran del color que fueran, han consultado
de manera formal al sector, pero nunca nos
han escuchado, y muchos menos han buscado
nuestra colaboración y participación.
¿Otra
forma de pescar es posible en España?
Sin ninguna duda, sí, claro que hay
otras formas de pescar, aquellas que tienen
en la responsabilidad y la sostenibilidad
su eje principal.
¿Cómo
empezó todo? ¿De dónde
salió el germen del cambio en el caso
del sonso?
Desgraciadamente el origen fue una necesidad,
la necesidad de que o poníamos en marcha
una iniciativa claramente responsable que,
por sí misma, garantizara las buenas
prácticas en la acción pesquera,
o Bruselas (DG MARE) cerraba la pesquería.
Para dar cumplimiento en 2006 al Reglamento
de Pesca del Mediterráneo, nuestra
Administración nacional no había
presentado en plazo un Plan de Gestión
donde se justificara la excepción del
fondo, de la malla y de la distancia a la
costa para un arte de tiro desde embarcación,
como es el caso de la “sonsera”. De hecho
en el año 2012 estuvimos sin actividad
durante cinco semanas. Tiempo que aprovechamos
para poner en marcha esta iniciativa pionera.
¿Por
qué es pionera su iniciativa?
Porque es la primera vez que una pesquería
se gestiona mediante un Comité de Cogestión
en el que están involucrados las dos
Administraciones (Central y Autonómica),
el sector pesquero, los científicos
y la sociedad civil, a través de dos
ONG, como son WWF y Greenpeace.
¿Qué
es la cogestión pesquera en pocas palabras?
Es la gestión compartida de un recurso
público como son los stocks pesqueros.
Lo correcto es que esa gestión compartida
sea asumida por aquellos colectivos que tienen
algo que aportar con respecto a la gestión,
y por supuesto, desde mi punto de vista la
Administración pesquera, el sector
pesquero, los científicos y las ONG
ambientales son actores necesarios e imprescindibles
para hablar de cogestión.
Con este núcleo de colectivos dirigiendo
la gestión del recurso, la responsabilidad
y el control del cumplimiento están
garantizados, ya que aparece un elemento ausente
en el modelo de gestión tradicional,
y es la corresponsabilidad del sector.
¿Cuál
es el gran cambio que se ha producido en la
pesca del sonso?
Que en nuestra práctica diaria hemos
introducido todo esto que he mencionado anteriormente.
Hemos pasado de la teoría a la práctica.
Estamos demostrando, con nuestra praxis, que
otro modelo de gestión y de gobernanza
es posible. Que no es una declaración
de intenciones, es una realidad.
¿Qué
elementos han hecho de su plan de gestión
un éxito?
El éxito de nuestro proyecto tiene
varias vertiente:
La primera es que el grado de cumplimiento
de los acuerdos que se alcanzan en el Comité
de Cogestión es total, es decir, con
la cogestión aparece el compromiso,
la corresponsabilidad. Nuestros son también
los acuerdos que se alcanzan. Y como nuestros
que son, el nivel de cumplimiento es total.
En caso de incumplimiento, la sanción
sería inmediata.
Otra vertiente
es que la ejecución real de algunas
medidas que hemos establecido, como la reducción
del esfuerzo, el cumplimiento estricto de
las cuotas de capturas establecidas, la eliminación
total del mercado negro han provocado una
estabilidad tal de nuestra pesca, que han
aumentado nuestros ingresos más del
100%, al tiempo que hemos reducido, también
considerablemente el gasto, al estar en la
mar muchísimas horas menos que antes
de actuar dentro del Plan de Gestión.
¿Cuáles
han sido los principales resultados de la
cogestión?
Básicamente dos: una considerable reducción
del esfuerzo pesquero, yo calculo que pescamos
alrededor de un 50% menos. Y, en segundo lugar,
un importante aumento de los beneficios netos,
al haber aumentado el valor de nuestra pesca
y haber reducido el volumen del gasto.
¿Qué
papel han tenido las ONG, como WWF, en el
cambio del modelo de pesca?
El papel jugado por la ONG ha sido y es decisivo,
porque ellas también asumieron “riesgos”
en un primer momento, entendiendo como “riesgo”
el unirse a un proyecto en el que los pescadores
(tradicionales “enemigos” de las ONG) también
éramos protagonistas. Una de las cosas
que personalmente valoro más de nuestro
proyecto es que hemos destruido el mito de
que ecologistas y pescadores somos dos colectivos
irreconciliables, porque tenemos intereses
diferentes.
Estamos demostrando que esto no es cierto,
que cuando hay verdadera voluntad de pescar
con respeto hacia con el recurso, nuestros
intereses coinciden plenamente con ellos,
porque no hay mejor defensa de los intereses
de los pescadores, que la defensa de los intereses
de los peces, porque si no hay peces, no habrá
pescadores. Y este es el objetivo común:
la defensa de los peces.
¿Y los
científicos?
Los científicos llegaron a reconocernos
su desconfianza hacia nosotros. Han sido tantos
años de darles la espalda y de cuestionar
sus conocimientos, que yo entendí su
postura. Pero les pedimos una oportunidad
y nos la dieron. Ahora están entusiasmados
con la Cogestión, porque ven como se
ha hecho realidad una de sus aspiraciones:
poder participar, aportando sus valiosos conocimientos,
en un proyecto de gestión pesquera
que tiene como Norte el garantizar el buen
estado de las poblaciones de peces.
¿Qué
recomendaciones haría a otros pescadores
que quieran ir hacia la sostenibilidad?
Que no esperen, que no dejen pasar más
tiempo, que lo único que garantizará
su futuro profesional es la realización
de buenas prácticas, pero no desde
una perspectiva voluntarista e individualista,
sino de manera organizada y planificada, entre
todos: pescadores, Administración y
entre todos aquellos que quieran aportar iniciativas
que aseguren la continuidad de la pesca.
Yo sé que es difícil empezar,
pero si no se empieza nunca se termina, así
que el primer paso es hablar con los compañeros
y crear un equipo para ponerse en contacto
con los otros colectivos que conforman la
Cogestión: Administración, científicos,
ONG…
¿Qué
grandes errores cometen los pescadores en
España?
El principal error de los pescadores españoles
es el mismo que cometen la inmensa mayoría
de los pescadores del mundo entero, y no es
otro que el de salir a faenar con la intención
de capturar el mayor número de peces
o de kilos posible. Este es el principal error,
porque, como profesionales que somos, la principal
intención debe ser el de conseguir
la mayor cantidad de euros posible, pero con
una condición y es dejar el mar, dejar
el recurso con la posibilidad científica
de recuperarse, es decir, de reponerse del
esfuerzo ocasionado con la pesca. Y esto solo
se puede hacer si se pesca mediante un Plan
de Gestión que planifique científicamente
y con una perspectiva anual esto que acabo
de decir.
¿Se
puede extrapolar este modelo a otras pesquerías?
Claro que se puede. Y no solo se puede, sino
que es fundamental hacerlo si queremos salir
de la crisis pesquera en la que estamos inmersos
hace ya demasiados años.
Muchos compañeros míos me dicen:
“qué suerte tenéis porque vosotros
si lo podéis hacer, pero nosotros no
podemos porque estamos desunidos”. Y yo les
respondo: “hace dos años (antes de
actuar dentro del Comité de Cogestión)
muchos “sonseros” hubieran dicho lo mismo
que tú, es decir, muy pocos se imaginaban
que esto fuera posible, y como puedes ver
es posible. Solo hay que tener verdadera voluntad
de quererlo hacer”.
¿Se
han sentido respaldados en este proceso por
las Administraciones españolas?
Sí, en verdad que sí. De hecho,
como he mencionado al principio de la entrevista,
el desencadenante de la puesta en marcha del
Comité de Cogestión fue porque
Bruselas nos cerró la pesquería,
y aquí en España, las distintas
Administraciones, tanto la autonómica
como la central, entendieron enseguida que,
efectivamente, la única posibilidad
de que Bruselas aceptara que volviéramos
a pescar era que diéramos el paso cualitativo
que dimos, es decir, que creáramos
el Comité de Cogestión como
garantía de pescábamos con criterios
de responsabilidad y sostenibilidad. Y así
lo hacemos.
¿Y por
las europeas?
Las Administraciones europeas fueron muy reacias
a dejarnos volver a nuestra actividad. Como
he mencionado, estuvimos cinco semanas parados,
sin pescar. Pero con el argumento de peso
que supone crear un Comité de Cogestión
pesquera, o lo que es lo mismo: de sentar
en una misma mesa a administradores, científicos,
ecologistas y pescadores, ante esto Bruselas
tuvo que claudicar. Porque es tan grande lo
que hemos hecho, tiene tal importancia, es
tan revolucionario, que en la DG Mare entendieron
que debían darnos una oportunidad,
porque, efectivamente, si teníamos
éxito con nuestro proyecto, esto sería
un ejemplo y un referente de incalculables
efectos.
Nosotros estamos demostrando que otro modelo
de gestión, mucho más racional
que el actual, es posible. Ahora estaría
bien que Bruselas y las diferentes Administraciones
nacionales sacaran buena lectura de nuestro
proyecto, y lo situaran como referente a seguir
en otras pesquerías y territorios.
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