Publicado el
31 marzo 2014 | El ministerio de Fomento vuelve
a presentar un plan en el que se incluyen
decenas de proyectos muy lesivos para el medio
ambiente y despilfarradores
de fondos públicos. Por ello, las principales
organizaciones ambientales plantearán
directamente al ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente su oposición
a este plan y le demandarán acciones
concretas para reducir su negativa incidencia
sobre el entorno.
El pasado 12
de marzo terminó el periodo de información
pública para la evaluación ambiental
del Plan de Infraestructuras de Transporte
y Vivienda 2012-2024, PITVI, que promueve
el ministerio de Fomento. Aprovechando una
de sus reuniones periódicas, las principales
organizaciones ambientales quieren hacer llegar
directamente al ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente su profunda
preocupación sobre el contenido de
este plan.
El momento
elegido es pertinente: ahora es cuando deben
acordar ambos ministerios, Fomento y Medio
Ambiente, una memoria ambiental en la que
se definirán las determinaciones y
restricciones que debería cumplir el
PITVI. Pero, además, se está
en plena polémica por la enorme cuantía
–al menos 3.600 millones de euros– que supone
el rescate de 9 autopistas privadas que prevé
acometer el Gobierno.
Para Amigos
de la Tierra, Ecologistas en Acción,
Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF estamos ante
un plan del pasado, sobre todo en lo referido
a grandes infraestructuras de transporte.
Un plan que pretende invertir 140.000 millones
de euros para construir 12.000 kilómetros
de infraestructuras lineales de alta capacidad
(4.686,2 km de nuevas autovías y 7.289,3
km de líneas de alta velocidad ferroviaria),
con los tremendos impactos ambientales que
supone, y olvidando que ya somos récord
europeo en kilómetros de estas infraestructuras
y eso no nos ha hecho más resistentes
a la crisis o ha generado empleo.
A juicio de
las organizaciones ambientales, la evaluación
ambiental que se ha realizado del PITVI es
muy deficiente. Así, no se ha tomado
en consideración una verdadera alternativa
cero, como exige la ley –Ley 9/2006, artículo
8–, sino que se ha optado por comparar el
escenario PITVI con respecto a lo que ocurriría
si seguimos construyendo obras según
el plan anterior, el Plan Estratégico
de Infraestructuras y Transporte, PEIT, aprobado
en 2005 por el anterior Gobierno socialista.
Usando esas
comparaciones se llega a resultados esperpénticos.
Por tomar un ejemplo de entre los muchos posibles,
se plantea la afección a "zonas
de interés paisajístico"
(Informe de Sostenibilidad Ambiental, ISA,
pág. 595) y se concluye para la carretera
que "El efecto producido por las previsiones
del PITVI es de menor magnitud que el existente
en la situación actual o el producido
por el PEIT", y que por lo tanto resulta
positivo. Es decir, 4.700 km de nuevas autovías
serán beneficiosos para nuestro paisaje
sencillamente porque se compara con un escenario
aún peor, y no con la alternativa de
no construirlos.
Del mismo modo
se afirma que "Los incrementos de ocupación
debidos a las infraestructuras viarias y ferroviarias
previstas sobre la Red Natura (3.498 hectáreas)
y sobre el conjunto de espacios de interés
analizados […] son de escasa significación"
(ISA, pág 493). Esto es, nada menos
que 1.311 km de autovía y 1.847 km
de alta velocidad ferroviaria afectarán
a distintas categorías de espacios
naturales protegidos, pero eso no parece relevante.
Otra cuestión
a enfatizar es el hecho que aunque teóricamente
el PITVI tiene por objetivo el delimitar las
orientaciones estratégicas de las políticas
de transporte y vivienda, de forma contradictoria
con esta orientación incluye un listado
de proyectos de autovías, líneas
AVE, ampliaciones de puertos o aeropuertos
ya definidos y concretos. Y más chocante
aún es que estos proyectos incluyen
muchos que ya se evaluaron en su día
y que fueron rechazados por su fuerte impacto
ambiental.
Por todos estos
motivos, las organizaciones de defensa ambiental
recordarán a los responsables políticos
de medio ambiente que este plan tan desarrollista
y ajeno a los intereses de la sociedad y tan
agresivo para el medio ambiente, además
supondrá el despilfarro de dinero público.
Y esto ocurre cuando mayor es la sensibilidad
ante los continuos recortes en prestaciones
sociales o en mejoras ambientales, y justo
también cuando surge la polémica
sobre el rescate a las autopistas privadas
en concurso de acreedores por falta de tráfico.
Por eso, demandarán al ministerio que
se oponga a los planes de Fomento haciendo
valer su mandato de defensa del medio ambiente,
planteando condiciones que limiten drásticamente
los daños que provocaría el
PITVI.
|